En 1948, Clément Mathieu, profesor de música sin empleo acepta un puesto de vigilante en un internado de reeducación para adolescentes. El sistema represivo aplicado por el director, Rachin, que apenas logra mantener la autoridad sobre los alumnos más difíciles, no es bien visto por Clément que va a iniciar a los chicos en el maravilloso mundo de la música, transformando sus vidas. El mismo Mathieu ante la actitud de Rachin, siente una íntima rebeldía ante sus métodos que se suma a un creciente sentimiento de desconcierto y compasión por los chicos. Intentando acercarse a ellos, se da cuenta de que la música atrae poderosamente el interés de los alumnos. Así decide entregarse a la tarea de familiarizarlos con la magia del canto coral, al tiempo que va transformando sus vidas para siempre y la suya propia. La ópera prima del director Christopher Barratier, que además compone parte de la banda sonora, se ha convertido en el último éxito de taquilla en Francia.
Idea principal:
Valores
Humana: El señor Mathieu es bondadoso, pero eso no quita que sea listo. Esa faceta la demuestra a lo largo de toda la película con una exquisitez y humildad tremendas. Yo definiría su método pedagógico como “dar una de cal y otra de arena” siempre, eso sí, con un control de la situación. Mediante sus acciones, sus gestos, movimientos... muestra su propia forma de vivir y una clara pedagogía de la vida, la cual les ha sido negada a los chavales, puesto que, para ellos no hay nada más detrás de los muros del internado (precisamente porque no se les ha mostrado).
Musical: Siento ocupar espacio con un breve análisis pedagógico sobre el papel de la música en esta película, que, a la vista está, se toma este recurso como un simple gancho y novedad para los chicos. Para mí es el desencadenante de emociones. La voz es un instrumento como lo puede ser otro cualquiera, y como instrumento musical que es, se debe considerar como una prolongación de nuestro cuerpo. Música es la expresión de los sentimientos. Con esto no quiero caer en comentarios melosos, sino intentar explicar el papel de la música en esta película.
El señor Mathieu vuelve a escribir música. Está claro que no se presenta en la película una correcta pedagogía musical a la hora de formar un conjunto vocal. Pero sí recurre a ello para ayudar a los chavales a trasmitir sus valores a través de la música. Esos valores y buenas intenciones que afloran a través de las notas musicales y, que con palabras no se pueden decir.
Personajes
Rachin: Es el director del centro, el cual aplica una enseñanza basada en la el principio de “acción-reacción” para castigar a esos difíciles niños. Es un hombre que utiliza estrictos y represivos métodos educativos. Es una persona que añade problemas a su vida y a la de los demás.
Violette Morhange: Es la madre de Pierre. Decidió internar a este debido a sus continuas travesuras y carácter sombrío que hace que no sepa manejar a su propio hijo. Aun así, asumiendo sus debilidades para con Pierre, decide apoyarle para que pueda desarrollar su gran don: la música.
Moraleja
La película “Los Chicos del coro”, es una muestra de cómo una sola
persona llena de vocación puede cambiar la realidad de un grupo de estudiantes
que se encuentran inmersos en un régimen, que se oculta en la imagen de un
sistema educativo humanitario, en ese sentido, dichos alumnos están
constantemente bajo presión psicológica, verbal y física, ejercida por los
docentes según su consigna: “acción y reacción”.
Sin embargo, como en cualquier aspecto de la vida, la esperanza es lo
último que se pierde, y aunque estos niños se encontraban adoctrinados a un
estilo de vida totalmente ajeno a la vida de un niño, llego alguien que sin saberlo
cambiaría la vida de todos para siempre.
Esta película demuestra que cuando se hace lo que se quiere, lo que se ama,
no hay limitantes y no hay sueños que no puedan hacerse realidad, aun cuando
el contexto quiera obligarte a actuar de manera diferente. Clément Mathieu es
la muestra no solo de un docente ejemplar, sino de un ser humano lleno de
valores, que en medio de tantas dificultades logro encontrar muchísimas
oportunidades, y las utilizo en función de mejorar la calidad de vida de sus
alumnos, aun cuando la salida fácil hubiese sido salir de allí desde el primer día.
Un ser humano lleno de valores que lo llevaron actuar siempre según sus ideales
y no según los pensamientos de un director que no sabía nada de lo que
realmente es vivir, pues vivir es ser libre y en Fond d´ Letang, la libertad no
existía.
Consideramos que es una película que toca el orgullo propio de cualquier docente
en activo y que a la vez es un buen ejemplo de cara a los estudiantes de
magisterio. Pero realmente, lo mejor de esta película es que no deja indiferente
a nadie, puesto que se tratan más valores humanos que pedagógicos. Esa razón
la veo muy lógica, ya que estos chavales del “fondo de estanque” no pueden
empezar a aprender conocimientos si ni siquiera saben cómo vivir ni valorar su
vida.
Esta película la veo como presentación de la realidad de la educación en la
actualidad. De una manera sencilla, sin aspavientos ni pretensiones, Christopher
Barratier, el director, plasma un modelo de educación, (que ni siquiera aún se
lleva a cabo en la actualidad) en la Francia de 1949 en un periodo de posguerra,
donde las ideas no están asentadas y hay más miedo que autoridad, donde el
instinto de supervivencia se agudiza más, tanto en niños como adultos.
En la película no se muestra una pedagogía para adquirir conocimientos,
ni siquiera se toca el tema, pero si hay un dato curioso que me gustaría resaltar:
se habla de chicos problemáticos, profesores estrictos, de un coro, de unos
valores...todos ellos enfocados, a simple vista, hacia esos pequeños
gamberrillos. Mentira. el hecho insignificante de que al coro se una un profesor
del internado (que no habla ni participa prácticamente en la película) tocando el
piano y que, ante esa novedad se despierta un interés en él hasta el punto de que
en vacaciones decide ir a casa de su hermana porque hay un piano y así poder
practicar, me conmueve. Me conmueve pensar que incluso las personas que
están inmersas en la rutina, en el trabajo... muestran una tremenda ilusión ante
una novedad en sus vidas, sea de tipo práctico o sentimental.
“Yo, que juré olvidarme de la música para siempre.
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